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Un silbido aterrador.

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     Un día estaba haciendo tarea en la cocina en la madrugada cuando algo raro ocurrió.       Escuché el grito de un señor, no entendí lo que dijo y pensé que tal vez era algún borracho de la calle así que lo ignoré. Pasó un rato y empecé a escuchar a lo lejos un silbido que entonaba una melodía que no había escuchado antes, lo volví a ignorar pensando que quizá venia de la calle o de la casa de mis vecinos, pero empecé a escucharlo cada vez más cerca.       Traté de no prestarle mucha atención, no era la primera vez que pasaban cosas rara en esa casa, pero el silbido se acercaba cada vez más. De pronto se detuvo y lo siguiente que escuché fue que abrieron la puerta para bajar las escaleras y unos pasos pesados como los de un hombre que traía botas. Regresó el silencio y cuando me tranquilicé, escuché el mismo silbido cerca de mi oído y una mano estaba recargada en mi hombro, me paralicé del miedo que sentí y cuando reacci...

No tengas prisa

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Se acercaba el cumpleaños del abuelo Emilio y sus familiares le estaban preparando una fiesta sorpresa, solo faltaban un par de detalles en los que se necesitaba la colaboración de la abuela, sin embargo no pudieron encontrarla cuando la llamaron, por eso dejaron un mensaje en la contestadora. Horas más tarde, Juan vio que un taxi llegaba hasta la puerta de su casa, y de ahí bajaron los abuelos, sabiendo el tema a tratar, rápido el chiquillo fue por el viejecito para entretenerlo en su habitación mientras los demás hablaban sobre su fiesta. El pobre ancianito lucia muy cansado y apesadumbrado, hacia esfuerzos para sonreír ante todas las gracias de Juanito, pero no pronunciaba ni una sola palabra. Pasado un rato el niño se dio cuenta del semblante tan triste que su abuelo tenia, hasta parecía que las lágrimas estaban atrapadas en sus ojos, quiso abrazarlo para consolarlo, sin embargo el hombre levantó su bastón, apuntándolo hacia el chico para que este no se acercara má...
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Aprovechando que todos en mi familia se fueron de viaje me quede en casa para descansar, metí a mis dos perros en la habitación para no estar solo. De la nada empezaron a gruñir, mirando fijamente hasta la puerta de mi cuarto, fui a ver qué pasaba, pero antes de llegar vi que la chapa se movía como si alguien intentara abrir desde afuera, mis animalitos se pusieron inquietos, ladraban nerviosos, y encogían las orejas, un poco asustado también, regrese a mi cama, y alcancé a ver como una pequeña cabeza se escondía en una esquina cerca de mi ventana. Con mis perros en brazos fui hasta la puerta, pero de nuevo no alcance a llegar porque un golpe como el de una patada, sonó en la puerta, me dejé caer recargado en la pared y vi un par de piernas a través de la cama. En ese momento se fue la luz, esperé hasta que volviera, entonces pudimos salir porque no había más golpes en la puerta. Las sillas estaban regadas y otras sobra el comedor, las acomodé para calmarme y acompañado de...

Apariciones.

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    Hace varios días ya que algo extraño viene ocurriendo en casa, tenemos esa sensación de que siempre nos observan, un gran peso se posa sobre nuestros hombros. Cuando volteamos a veces se puede ver como si una persona saliera corriendo.      Mis hijos dicen que ven pálidos niños asomándose por las ventanas. Yo no he querido decir lo que me sucedió, pues se pueden asustar más; pero en una ocasión, me despertó una luz que entraba por la ventana, llegaba directo a mis ojos, así que fui a correr la cortina, cuando me acerqué, encontré con una horrible cara arrugada y reseca, cuyos ojos color rojo vidrioso se movían de un lado a otro, mirando con total delirio.      Tuve que observar ese perturbado rostro por largo tiempo, porque mis extremidades se negaban a responder, parecía una estaca bien clavada al suelo; mis manos pesan toneladas, no pude ni siquiera mover un solo dedo para correr la cortina, ni dar un par de pasos atrás. Sol...

La isla de las muñecas

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     Parece un escenario sacado de una película, pero es real. Existe una isla ubicada en el centro-sur de Ciudad de México en la que reinan miles de muñecas antiguas. Abandonadas a modo de ofrenda, algunas de sus cabezas se exhiben clavadas en estacas, mientras que otras permanecen colgadas de los árboles. La historia se remonta a 1950, cuando el propietario del terreno, Julián Santana, empezó a colgar muñecas como protección contra los malos espíritus.      Santana creía que había sido maldito. Tiempo atrás, había encontrado el cuerpo de una joven que había fallecido ahogada a orillas de los terrenos del hombre. Empezó a convertirse en protagonista de episodios paranormales: oía voces, pasos y el llanto de una mujer, por lo que decidió colocar muñecas por la isla para ahuyentar el alma de la chica. Su obsesión llegó hasta tal punto que pasaba las horas buscando muñecas en las basura y en los canales de Cuemanco.      Santana falleció e...

El visitante nocturno

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     Leonor se mudaba de nuevo. A su madre le encantaba la restauración, así que su predilección por las casas antiguas empujaba a la familia a llevar una vida más bien nómada. Era la primera noche que dormían allí y, como siempre, su madre le había dejado una pequeña bombilla encendida para espantar todos sus miedos. Cada vez que se cambiaban de casa le costaba conciliar el sueño.      La primera noche apenas durmió. El crujir de las ventanas y del parqué la despertaba continuamente. Pasaron tres días más hasta que empezó a acostumbrarse a los ruidos y descansó del tirón. Una semana después, en una noche fría, un fuerte estruendo la sobresaltó. Había tormenta y la ventana se había abierto de par en par por el fuerte vendaval. Presionó el interruptor de la luz, pero no se encendió. El ruido volvió a sonar, esta vez, desde el otro extremo de la habitación. Se levantó corriendo y, con la palma de la mano extendida sobre la pared, empezó a caminar en ...

El bebé que no dejaba de llorar

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     Tuve mi tercer hijo y todo iba bien hasta que cumplió tres semanas de nacido.        Empezó a vomitar mucho cada vez que le daba su leche. Paso una semana así y lo lleve al doctor quien le dio una medicina para controlar el problema. Regresamos a casa y me quedé despierta, preocupada y pensando mucho en mi bebé.      Eran como las 2 a.m. y me puse lavar y secar ropa. De repente escuché niños llorando pero el bebé estaba en su cunita y en los cuartos de los niños, nada... todos bien dormidos. Regresé a la sala cuando lo escuché otra vez, y le pregunté a mi esposo, quien estaba en el mismo cuarto con el bebé que si había llorado el niño, él contestó que no. Me quedé entre el pasillo de la casa donde están los cuartos de los niños para ver qué estaba pasando. En eso escuché a una mujer llorando en la sala, lo hacía con mucha tristeza y desesperación. Me quedé totalmente fría y paralizada en el pasillo, pero algo dentro de mi m...