Feminicidios en la pandemia



"En México son más los casos diarios de violencia en contra de las mujeres que los diagnósticos de Coronavirus."




     La pandemia producida por el virus SARS-CoV-2 ha tenido un impacto sin precedentes, no solo a nivel de salud pública sino también en lo económico y social. Con el fin de controlar la pandemia, una de las medidas más importantes fue el distanciamiento social y confinamiento voluntario para evitar el aumento del número de contagios.


     En México, la violencia contra las mujeres se hace cada vez más visible. En los últimos años las estadísticas muestran un número creciente de feminicidios en nuestro país, pero también vemos cada día noticias de mujeres desaparecidas, abusadas sexualmente, entre otras. La violencia contra la mujer es una cuestión sistemática y una realidad diaria para miles de mujeres quienes viven la violencia no solo en las calles sino también dentro de casa. El agresor suele ser el padre o el marido, quienes no solo agreden a la mujer con violencia física, sino que también pueden ejercer violencia psicológica al minimizar, humillar o ignorar a la mujer. Otro tipo de violencia, que muchas veces no se reconoce como tal, es la violencia económica, aquí el hombre disminuye o retira su aporte económico a los gastos del hogar o de la mujer cuando él considera que esta no ha cumplido con lo que desea.




     Al quedarse en casa cumpliendo la cuarentena la violencia doméstica ha aumentado. Durante la cuarentena se han denunciado un mayor número de casos de violencia de género. Tan solo a mediados de marzo que inició formalmente la cuarentena se reportó el asesinato de 210 mujeres. También ha aumentado el número de mujeres agredidas en el contexto familiar; ya que antes la mujer esperaba hasta llegar de su centro de trabajo o que el agresor llegara a casa para sufrir violencia. Al quedarse en casa toda la familia, cambió el ciclo de agresión ya que el agresor está junto a la víctima todo el tiempo aumentando las posibilidades de violencia de todo tipo.

     Además del tiempo juntos, otros factores pueden propiciar el aumento de la violencia contra la mujer dentro del hogar. En el caso de mujeres que vieron sus ingresos disminuidos o cortados por la cuarentena, son más susceptibles de sufrir violencia económica por sus parejas o familiares. El cuidado de los hijos las 24 horas al día, los 7 días de la semana también es un factor importante, ya que la carga de trabajo, en la mayoría de los casos, recae sobre la mujer. La presencia de un enfermo en la familia ya sea de COVID o de otra enfermedad, aumenta todavía más el trabajo y la presión sobre la mujer, quien es generalmente quien se encarga de todas estas tareas. Otra cuestión importante es que el hecho de estar aislados hace que las víctimas no cuentan con redes de apoyo como familiares, amigas, entre otras de manera presencial; tampoco se cuenta con acceso a redes de justicia o lugares de apoyo a mujeres violentadas por estar cerrados a causa del confinamiento, lo que hace que las mujeres que sufren violencia tengan todavía menos apoyo, ya de por si precario en condiciones normales.



     Lamentablemente la cuestión de la violencia contra la mujer no se resuelve solo con contar hasta 10 o pedirle a tu agresor que no te violente y pensar positivo como han sugerido algunas personas; incluyendo el gobierno federal quien parece sordo a estas demandas. La violencia contra la mujer tiene su raíz en el sistema patriarcal implementado para garantizar la producción de obreros y la permanencia de la propiedad privada. Bajo estos conceptos es muy fácil que la mujer se consideré más como un objeto que como una persona plena en sus derechos. El rol que la mujer tiene dentro de la sociedad, aun cuando participa fuertemente de las actividades productivas, sigue siendo el cuidado del hogar, de los hijos e incluso del esposo y familiares.

     La única forma de eliminar todo tipo de violencia contra la mujer es bajo un sistema de producción que garantice que todos tengan los mismos derechos e igualdad de circunstancias; evidentemente el sistema capitalista no lo es. Sin embargo, tampoco debemos esperar a que cambie todo el sistema para liberar a la mujer de la opresión y la violencia producto de su objetivación. Podemos aglutinarnos en torno de organizaciones que luchan por los derechos de la mujer entendiendo los orígenes de la violencia de género y participando de actividades que promuevan el aumento de conciencia sobre la situación de la mujer.


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