La niña del Ángel

En 1908 el panteón Juan de la Cruz le dio la bienvenida a los restos de una niña de dos años llamada: “Ana María”, cuya historia de su muerte comienza cuando la pequeña junto a sus padres viajaron desde la ciudad de México a Orizaba, Veracruz a una fiesta familiar. En un descuido en el cual la niña se quedó sola, una vela cayo sobre su vestido provocando que Anita se quemara hasta perder la vida.

Destrozados los padres de Anita e imposibilitados de trasladar su cuerpo a la Ciudad de México, decidieron enterrarla en Veracruz, pero no sin antes mandar hacer una estatua de la niña junto con un ángel guardián para que acompañara y protegiera a Anita por la eternidad…

Desde que Anita reposa en aquel cementerio, historias que pasan de generación en generación han convertido la tumba de la niña en una de las leyendas más famosas de Veracruz, pues se dice que el espíritu de la niña habita en el panteón, visitantes de hace màs de 100 años hasta la actualidad han sido testigos de ver como en la noche los ojos de la estatua de Anita cobran vida y te siguen a donde vayas. 

Los trabajadores nocturnos aseguran que en la madrugada, se puede ver el fantasma de la niña vagando por las tumbas buscando a sus padres, y en pocas pero algunas ocasiones se puede ver un ángel tras ella.

Es común ver que las flores de otras tumbas desparecen para aparecer en la tumba de Anita, quien desde que murió, no ha habido un día que no tenga flores vivas; Dice la leyenda que Anita puede conceder deseos a los niños, si ella cumple alguno de ellos, el niño tiene que regresar a su tumba para agradecerle con un juguete.

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